Por Isaias Brizuela // @shinobinews
PH: Day Soria / Tumbrl
En la era del poliamor y las aplicaciones de citas, Poli y Prietto recuperaron el espíritu romántico del bolero. Con un par de presentaciones colmadas, que incluyó un viernes de entradas agotadas, el dúo de cantautores reunió a un público heterogéneo alrededor del romance y algunas de las canciones más populares del género.
Su historia es conocida. Ambos fueron iniciadores del movimiento indie del 2000, recorrieron cada recoveco del rock independiente, desde los grandes centros culturales hasta los pequeños espacios del circuito. Prietto Viaja al Cosmos con Mariano y Sr. Tomate fueron protagonistas de una escena que también incluía a Él Mató a un Policía Motorizado y a otra banda de Prietto, Los Espíritus. Cualquiera en el Xirgu, ese viernes de diciembre, sabía de estas historias. Sin embargo, nadie fue a buscar ese repertorio, sino al disco que bautizaron Boleros y Canciones.
Una banda compuesta por percusionistas, violinistas, además de un pianista, contrabajista y otro guitarrista, elevaron las voces y guitarras de Poli y Prietto a otro plano, más allá del sonido tradicional del bolero. Los arreglos orquestales de Charly Pacini fueron fundamentales para crear una atmósfera tan porteña como caribeña. Pacini es otro protagonista de la música independiente argentina, integrante de la Orquesta Típica Fernández Fierro, pieza vital en la renovación del tango.
A su manera, esos 10 artistas en el escenario resumieron parte de la autonomía musical de estos tiempos. Tango y rock vivieron un recambio profundo, abandonando los prejuicios de géneros, reinventándose en la búsqueda de un sonido propio. La Fernández Fierro, Prietto, Poli y Los Espíritus, lograron hacer lo que quisieron, siempre, y esa noche volvían a hacerlo, presentando este disco atípico.
¿Por qué boleros? ¿Por qué estas canciones? El Día que me Quieras, Perfidia, Historia de un Amor o Dos Gardenias, son composiciones universales y aunque hayan olvidado cuándo las escucharon por primera vez, seguro, conocen sus letras. Radios, telenovelas, madres, padres, hermanos, e incluso el revival que despertó Natalia Lafourcade y su disco homenaje a Agustín Lara, podrían explicar su popularidad en esta generación -aparentemente ajena a ese romanticismo-. Hay muchas respuestas, Poli y Prietto proponen una: el sentimiento.
Ambos tomaron estas canciones y las interpretaron con la misma emoción que cualquier otra de Sr. Tomate o Los Espíritus. Adaptadas a su voz, su cadencia, su estilo, jugaron con el fraseo como lo hacía «el Polaco» Goyeneche en sus tangos. No hay reparos cuando lo que importa es el sentimiento. “El canto tiene que ser para todos, no sólo estar reservado para las grandes voces”, respondía Poli en una entrevista. De alguna forma, liberaron las canciones para que cada asistente la cante como propia.
Cigarrillos y Témpanos Lejanos son las únicas composiciones estreno de Boleros y Canciones, las dos de Poli. Suenan a clásicos de Armando Manzanero, pero nacieron para este disco. Historias de amor, relaciones de pareja y la duda por si todo esto vale la pena, podía preguntárselo Manzanero décadas atrás, como también se lo preguntaba Poli. Quizás por eso Témpanos Lejanos fue interpretada dos veces, la última, al final. Cientos de personas cantaron: «¿Y para qué discutimos, si cuando amamos, no llegamos ni a un acuerdo, tu mundo y el mío?».
Para finalizar, compartimos el álbum de Day Soria, desde nuestra fanpage en Facebook:
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