Por Cristian Carbone // @shinobinews
PH: Daniel Watanabe // Facebook

El pasado martes el Teatro Flores fue testigo de la primera visita al país de At the Drive In, a 24 años de su formación. La excusa de la noche fue presentar In•ter a•li•a, su cuarto disco, publicado en mayo de 2017. Esta fue la primera vez para los de El Paso, Texas, pero no la primera vez de Bixler-Zavala y Rodríguez-López en Argentina, ya que habían venido en dos ocasiones anteriormente, bajo el formato de The Mars Volta.

Tal vez el tiempo de inactividad -y ser la primera vez que visitaban el país- hizo que siendo día martes el Teatro situado en la Avenida Rivadavia estuviera repleto. Desde la apertura de puertas, el clima en los alrededores del lugar era como el de un show de fin de semana, y de una banda mucho más grande en cuanto a lo que nos tienen acostumbrados algunos grupos con su convocatoria. Mucha gente juntándose en las esquinas, charlando y tomando algo, un ambiente distendido que explotó a las 21.15 cuando el telón se abrió y las maracas dieron inicio a Arcarsenal, la canción que inició la velada. Con este tema, comenzamos un viaje sonoro sin límites, entrando en un trance en compañía de, más que nada, Cedric Bixler-Zavala -un showman increíble, con un despliegue de movimientos que se lleva puesto consigo todo lo que se le cruce, amplificadores incluidos, revoleando el mástil del micrófono por los aires e incluso levantándolo con la boca-.

Governed by Contagions, Lopsided, No Wolf Like the Present y Continuum, se sucedieron una tras otra sin darnos espacio ni siquiera -prácticamente- para hablar. Sin embargo, en breves espacios Zavala se comunicó con el publico, comentando que «mi español no es el mismo que hablan ustedes, pero los quiero». Esta fue una de las pocas frases que nos dejó, ya que cuando la música no suena pareciera que sale del trance y hasta se produce en él un efecto inverso, tornándolo en alguien tímido inclusive.

Invalid Litter Dept, Non-Zero Possibility y Napoleon Solo fueron los momentos mas tranquilos -por decirlo así- bajando un poco la constante energía, no sólo de la banda sino que también del público, que se había mantenido en un frenético ida y vuelta de energía, digno de un show de Hardcore vieja escuela -por lo que, creemos humildemente, bien merecido tienen el mote de «post Hardcore«.

Catacombs fue la canción numero doce de la lista y el acople de la guitarra en el final sonó hasta que retomaron el escenario luego de un breve parate y, una vez más en español mexicano, el anfitrión comentó que «para nosotros es viernes, ¿no?».

Algo que claramente el público esperaba era One Armed Scissor y entonces llegó con este tema el último gramo de energía, la última chispa de vida, todo lo que se dejó con esta canción, alma y vida en Flores. Todos se volvieron a sus casas o a cenar, con un retumbe en su cabeza de «¡Cut away, cut away!». Es que, sin dudas, este fue de esos shows que uno agradece que sea entre semana y que recordará por siempre. Tal vez no tuvo el sonido que quieren que tenga un show la gente que busca la perfección sonora. Tal vez no fue la meca de lo progresivo y lo que el melománo medio careta requiere para poder asistir a un espectáculo. Pero para aquellos que queríamos sangre y entrega, el show de At the Drive In en el Teatro Flores fue más que satisfactorio.