Por Mariano Aratta // @gutenseth
No creemos ser los únicos en reconocer este destello de casualidades relacionadas entre la ciencia presente en la ya clásica película Alien –Ridley Scott, 1979- y otro clásico de culto, pero de la música: la portada del mítico Unknown Pleasures, primer disco de la banda inglesa Joy Division.
Todos sabemos que esa portada se ha vuelto ya demasiado popular y trascendió a la música en miles de remeras, posters e inclusive tazas, zapatillas y cualquier otro artilugio que podamos imaginar, convirtiéndose en símbolo de movimiento Dark y Post-Punk encarnado en la figura del fallecido Ian Curtis, líder y cantante de la banda.
Pero para entrar un poco más en detalle podemos contar, brevemente, que lo que viene a representar esta imagen es, en realidad, una secuencia de señales recibidas por el primer púlsar registrado por la ciencia.
La famosa portada es obra del diseñador gráfico Peter Saville, quien tomó la ilustración de la Enciclopedia de Astronomía de Cambridge de 1977, donde no le daban crédito al autor. La imagen representaba el descubrimiento de la astrofísica Jocelyn Bell, quien detectó desde el Observatorio de Arecibo –Puerto Rico– una señal de radio de corta duración originada fuera de la Tierra, que se repetía sistemáticamente cada 1,337 segundos. Esta señal correspondía al primer púlsar del que se tuvo constancia, el cual se conoce actualmente como PSR B1919+21.
¿Y donde entra Alien en todo esto? Creemos que Scott tomó este diagrama para su film, justo en el momento en el que la nave carguera Nostromo captaba señales de vida alienígena, con la idea de demostrar una especie de mensaje o contacto. Probablemente el director y guionista haya investigado y llegado a la conclusión de que era una buena idea reforzar la ficción con esa imagen misteriosa y, al mismo tiempo, anónima. Originalmente, Bell creyó que este destello se trataba, ni más ni menos, que de una baliza perteneciente a una civilización inteligente, una suerte de radiofaro cósmico al estilo «monolito de 2001: Odisea del Espacio«. No obstante, al final no eran aliens, aunque sí un radiofaro, sólo que 100% natural: una estrella de neutrones que giraba rápidamente emitiendo un pulso electromagnético con la precisión de un reloj. El primer púlsar descubierto por los seres humanos, como mencionáramos líneas arriba.
Pero para ponerle un halo de misterio, cabe destacar que, en una forma un tanto casual y curiosa, el disco de Joy Division y la película Alien vieron la luz en el mismo año: 1979. El lanzamiento del film en Estados Unidos fue sólo un mes antes que el del disco, por lo que Saville es probable que no se haya inspirado en la película. Igualmente, hay que resaltar la conexión científica y espacial entre dos grandes obras de la cultura de fines del Siglo XX… quizás, al fin y al cabo, haya un «más allá» de todo esto…
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