Por: Shezo! // @ShezoNeozero – fb.com/ShezoFreestyle
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Un evento de la magnitud de la ComicCon merece un análisis profundo que vaya más allá de lo bien o mal que uno como público la haya podido pasar durante la convención. La ComicCon es un conjunto de elementos que, incluso, exceden la propuesta base que generan los productores del evento, habiendo cosas que están muy por fuera de su control, pero que terminan repercutiendo directamente en cómo el público vive las jornadas a las que ellos convocan. Aun así, siendo algo tan complejo, si hoy tuviésemos que definir en una sola palabra lo ocurrido en la última ComicCon, definitivamente esa palabra sería: Green.
Después de ocho ediciones, la ComicCon todavía tiene muchas cosas por ajustar, pero si algo es claro es que es un evento que aprende de sus errores. Lejos quedaron las incomodidades de esa primera edición de 2013 en el predio Dorrego, para brindarnos hoy en día una convención que se la siente completa y con las prestaciones mínimas necesarias para que el público pueda estar a gusto. Que hoy por hoy el evento cuente con un gran patio de comidas, además de los diferentes buffets que hay distribuidos en el predio, es un acierto, así como lo es que el escenario tenga un super amplio sector destinado a las actividades principales como lo son el cosplay y los diferentes paneles con los invitados internacionales. Se siente muy bien que el Artist Alley sea una propuesta fija en donde los talentos locales y los invitados internacionales, como el genial David Nakayama, puedan entrar en contacto con la gente. Que las grandes marcas de la industria del entretenimiento sean participes de este evento cultural también es algo para destacar. Definitivamente, Argentina ComicCon supo construir su lugar.
Sin lugar a dudas, el punto fuerte y más convocante a nivel público -unas 85.000 personas visitaron la convención- para un evento como la ComicCon son sus invitados internacionales. La séptima edición había elevado la vara muy alto con las visitas de Millie Bobby Brown –Eleven de Stranger Things– y el genial director Luc Besson –The Fifth Element-. Expectantes por ver con qué nos sorprenderían en esta edición, fue un gran acierto por parte de los organizadores invitar a Jason David Frank –Green Ranger– y Tom Felton –Draco Malfoy, de Harry Potter-, sumado a la presencia de Karol Sevilla –Soy Luna-.
Cuando comenzamos la reseña dijimos que la palabra que define la pasada ComicCon es Green y no es para menos. Definitivamente, Jason se ganó el corazón del público local con un carisma y una soltura pocas veces vista por parte de los artistas internacionales, interactuando constantemente con el público a través de sus redes sociales, haciéndolos participes y bajándose de cualquier pedestal donde lo quisieran poner con el sólo fin de estar a la par de la gente que lo había ido a ver. Más de un fan se habrá llevado un momento único gracias a Jason. Totalmente desestructurado, al punto incluso de incomodar sanamente al personal del evento, Jason llegó inclusive a invitar a todo el público a que lo fuese a visitar a la puerta del hotel, en donde hizo a Tom cómplice de sus locuras. Sin lugar a dudas, Jason se puso a la ComicCon en el bolsillo y es más que merecido el cariño que se llevó del público local. Ojalá que nos visite en otra oportunidad.
Hasta aquí parecen todas flores, y lo cierto es que el evento careció de grandes fallos mas allá de algunas cosas esperables, como el desfasaje de algunas cosas del cronograma. Argentina ComicCon encontró su fórmula, pero justamente eso es lo que genera otros retos para no repetirse una y otra vez y que el peso del brillo del evento no recaiga siempre en la espalda del invitado de turno. Como dijéramos líneas arriba, hay cosas que exceden a la organización, y un ejemplo claro es lo que las grandes marcas tienen para proponerle a los asistentes en los stands del pabellón principal. Cierto es que, en este apartado, la edición anterior se sintió mucho mejor. Mas allá de la espectacularidad de ver una pantalla gigante como la que montó Disney, dicha puesta en escena se siente bastante sin gracia si lo que allí muestran es lo mismo que ya vimos todos por YouTube. Misma sensación deja el que la puesta en escena sea solo una gigantografía con la que sacarse una foto. Sería muy genial tener actividades más atractivas de lo que se viene mostrando hasta ahora para realizar en los grandes stands. Creemos que, sin demasiado esfuerzo, el stand de Netflix logró llamar la atención por sobre el resto, premiando a los visitantes con merchandising para quienes enfrentaron sus minijuegos. Es momento de darles un tirón de orejas a las grandes marcas y pedirles que muestren más imaginación, que supere el hecho de solo poner sus logos y gráficas a gran escala.
Otro ítem para mejorar es el de los concursos de cosplay. Cierto es que exigir profesionalismo a quienes participan suena exagerado, mas allá de que están participando por un premio, ya que para evaluar está el jurado. Pero lo cierto es que algunas performances se sienten aburridas o duran más de lo que deberían. Es muy difícil desde la organización poder hacer un control previo de lo que va a suceder en el escenario durante el concurso, pero sí es cierto que hay cuestiones, como que las performances duren un tope de tiempo, en lo que deberían hacer más hincapié a la hora de convocar a los cosplayers a ser partícipe de los diferentes concursos, para que la actividad en sí no pierda gracia para los espectadores.
Para no extendernos demasiado, a grandes rasgos, la octava edición de la Argentina ComicCon tuvo lo necesario para cumplirle con creces a todos sus asistentes. Si bien es cierto que un valor de $390 de entrada en puerta exige que así sea, una entrada cara no siempre garantiza que viviremos buenos momentos, pero en definitiva así fue. La industria del entretenimiento se viste de fiesta edición tras edición, y el apoyo del público, los medios y las grandes marcas se hace notar con cada nueva ComicCon. La formula ya es clara, ahora llega el momento de enfrentar el desafío de innovar, de reinventarse y de ver cómo seguir creciendo sin perder calidad en el intento. Desde este dojo esperamos sorprendernos con la próxima Argentina ComicCon, pero hasta que ese momento llegue y se abran las puertas de la novena edición dejamos en el balance la realidad de esta última: nos fuimos más que conformes con todo lo vivido, con el trato con la prensa y por sobre todo por haber tenido la posibilidad de sentirnos rangers por un momento.
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