Review: Steve Vai en el Luna Park (15-06-2017)

Review: Steve Vai en el Luna Park (15-06-2017)

0 comments 📅18 junio 2017, 17:03

Por Nahuel Dominguez // @shinobinews
PH: Jimena Savelli

El pasado jueves, Steve Vai cerró su gira Passion and Warfare 25th Anniversary en Buenos Aires con canciones de ese álbum que nunca antes habíamos llegamos a escuchar en vivo. El Luna Park estaba lleno y ansioso por las dos horas y media que se aproximaban: los afortunados espectadores estaban a punto de presenciar una noche única e irrepetible. Con ustedes, el mejor show de Vai en nuestro país.

Cuando se apagaron las luces y de repente se escuchó desde algún lugar a la guitarra «saludando» con esos juegos que Steve hace siempre para interactuar con la gente -véase la intro del video The Audience is Listening-, se empezó a proyectar una escena de la película Crossroads de 1986, para la que compuso el épico duelo de guitarras y en la cual se lo vio enfrentando a «Daniel San«. Todo fue un amague, porque al instante arrancó Bad Horsie con un power trío y apareció Steve con un look de otra galaxia típico de su extravagante presencia. Anteojos y encapuchado con unos leds verdes y rojos que deslumbraban a la multitud. Entre el bajo de Philip Bynoe y el batero Jeremy Colson era un combo explosivo que te reventaban el pecho. Siguió un The Crying Machine donde se sumó en guitarra Dave Weiner.

Tras un cambio de guitarra, se fue a parar en el filo del escenario contemplando al mar de caras que no paraban de aplaudirlo. «Esta gran canción fue grabada en su hermoso país», declaró para comenzar con Whispering a Prayer y silenció totalmente al estadio. El respeto que se sentía en la sala era impresionante. Recién cuando empezó el riff, la gente se atrevió a romper con unos tímidos aplausos. Esta canción en particular es una caricia para el oído. Nota por nota, el público permanció perplejo y viviendo ese momento tan único y lleno de belleza. Una melodía muy especial para el fan argento que desbordaba de emoción segundo a segundo. Steve Vai es un músico que sin lugar a dudas te transporta a otro universo. Te lleva a otro plano. Es hasta terapéutico y la muestra clara de cómo necesitamos de la música para vivir; para olvidarnos por un rato de los problemas cotidianos por los que podemos estar pasando. En pocas palabras, Vai es una especie de «gurú espiritual».

Luego de hacer una reverencia y concluir Whispering a Prayer, la gente aplaudió a rabiar y el show siguió adelante. «¿Qué pasa?», nos preguntó en castellano. La interacción con el público fue extremadamente fluida, una experiencia muy íntima acompañada de bailes, chistes y su característico carisma. Retomando el inglés, nos comentó que «estamos acá para ayudarlos a que se sientan bien». Steve agradeció de corazón a la gente por hacer posible la gira y comunicó que este era el último show del tour que lo llevó a recorrer varios puntos del mundo. Además, se nos sinceró y confesó que nunca giró con el álbum porque «le daba cosa» en su momento. Expresó su gratitud hacia sus compañeros de banda, que eran prácticamente como hermanos para él, después de tanto tiempo.

Y luego del emotivo momento, se descubrió la primera sorpresa de la noche y de fondo, en la pantalla, apareció Brian May en un video donde presentó a Steve Vai en el ’92. En ese momento se produjo un blooper, porque Steve se olvidó de cambiar de guitarra y tuvieron que volver a transmitir el video. Arrancaba Liberty, primer corte de Passion and Warfare y concluyó con la frase que ya es marca registrada «We may be human, but we’re still animals».

Este artista tiene una prepotencia al momento de experimentar con sonidos que termina de explotar con la actitud que le pone en vivo. Los dedos bailan elegantemente sobre el mástil, movimientos sutiles y usuales en él. Es un músico que hace que el instrumento cobre vida, alma propia, dejando de ser un pedazo de madera y recibiendo una identidad. La sincronicidad con sus compañeros es impecable y las miradas cómplices son casi hasta cronometradas. El show siguió con normalidad hasta la segunda sorpresa de la noche, cuando se volvió a interrumpir una canción –Answers– y apareció «el profe» Satriani. En el video, Joe lo felicitaba por la gira y el 25º aniversario. El video estaba editado de forma que puedieran mantener una conversación como si fuera en tiempo real. Maestro y alumno zappando alternadamente cuando retomaron el tema, Vai tocando y mirando a su viejo amigo en la pantalla con el que compartió cientos de G3 a lo largo de su carrera. #QuedateConQuienTeMireComoVaiASatriani

Otro momento emotivo en el show, que tuvo incontables puntos de inflexión de este tipo, al cual le siguió una rareza, Ballerina 12/24 y… For the Love of God que automáticamente fue reconocido por la respiración característica del principio. El público enloqueció: este tema es el himno en el que Steve le hace el amor a la guitarra y la gente entró en trance. No hay muchas palabras para describir esa canción en vivo, se tiene que vivir. Piel de gallina es quedarse corto. Terminado el tema, se quedó a mirar los aplausos, agradeció y se fue.

De fondo pasaron el video de The Audience is Listening, Colson desató una furiosa batería para darle comienzo al tema hasta que… #AWildJohnPetrucciAppears. Seguían las sorpresas y ahora Petrucci interrumpió el show y lo felicitó por el aniversario. La fiesta cada vez tenía más invitados y zappadas inolvidables.

El video de I Would Love To fue proyectado de fondo para un exaltado público que seguía sin poder creer la oportunidad única que estaban viviendo. La extensa lista siguió con naturaleza hasta que habló de Frank Zappa y del pedido que le hizo de alguna forma para que se «sumara». Arranca un video de fondo con Frank hablando y empieza el único cover de la noche: Stevie’s Spanking.

Se acercaba el final. Steve cumplió y superó todo tipo de expectativas. Taurus Bulba, de su disco Fire Garden, le ponía cierre al tour y al show. Se bajó entre la gente mientras tocaba y le dio la guitarra a una fan para que toque por unos segundos. Los de seguridad no daban abasto, la gente estaba descontrolada. Aleluya sonaba de fondo mientras la banda se despedía a lo largo del escenario. «Muchas gracias, no puedo pensar en otro mejor lugar para terminar el tour». Y para cerrar…

Steve -en inglés-: «¿Una última pregunta, se sienten bien?»
Gente: «Yes!!!» a los gritos
Steve: «Entonces nuestro trabajo aquí está hecho»

El genial músico de Carle Place, Estados Unidos, se quedó mirando sin quererse despedir de la emoción, la gente siguió coreando su nombre por varios minutos más, hasta que Steve hizo una reverencia por última vez y desapareció. Todos los presentes se fueron en paz, felices y realizados.

Agradecemos a Jimena Savelli por el material fotográfico que acompaña esta nota, tan mágico como la guitarra de Vai.

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