Por Shezo! y Mariano Aratta // fb.com/ShezoFreestyle + @gutenseth
Ph: Carla Guasconi y Sabrina Espeche
La Argentina ComicCon, con cinco ediciones a cuestas y una afluencia de público que no para de crecer, ya se ha establecido como uno de los eventos más esperados del año, tomando la posta de ese espacio que otros no supieron cuidar y hacer prosperar por moverse de un modo por demás torpe -y que hoy se pasean como fantasmas por los pasillos de lo que podrían haber tenido-. El gran mérito de la ComicCon es haberse tomado en serio el rol que pretendían conseguir desde sus comienzos y que, claramente, han logrado alcanzar al día de hoy, al menos en parte, brindándole al público un espectáculo lleno de color e invitados internacionales que despiertan el interés tanto del público casual como del que ya está en tema desde hace años. En esta ocasión, el staff de Shinobi News recorrió la convención en una maratónica cobertura de tres días y a continuación les compartiremos algunas reflexiones de lo vivido durante esas jornadas.
Es muy gratificante ser testigos de una actualidad en la que este tipo de aficiones se viven de un modo más abierto y masivo que antes. Muchos de los que hoy son los padres que llevan a sus hijos a curiosear entre las publicaciones y merchandising que se generan a partir de sus héroes favoritos no son más que esos adolescentes que consumían este tipo de cosas allá por los ’90, ya sea a través de las series de Marvel y DC de aquellos años, de las primeras camadas de animé -ya conocidos de ese modo- que llegaron a estas tierras o de los siempre clásicos y eternos videogames. El ingreso de las nuevas generaciones a este mundo de fantasía es muy fuerte y lo bueno es que se ha transformado en un fenómeno cultural que se disfruta en familia, en gran parte por lo antes citado -hace 15 años atrás, era impensado «ir con tu viejo a jugar a los fichines», ahora juegan todos en casa mientras comen una pizza, por decirlo de alguna manera simple-. Este tipo de aficiones ya dejó hace años de ser sólo una cuestión de nicho -aunque los sigue habiendo-, y lo bueno de esto es que se haya apostado a abrir el abanico, entendiendo que la industria del entretenimiento se nutre mejor de este modo, haciendo que libros, películas, series, cómics, manga, animé y videogames puedan convivir en perfecta armonía en un mismo espacio. Basta con ver la cartelera de los cines y los próximos grandes estrenos para verlo. Y esto es algo de lo que los organizadores de la ComicCon son bien conscientes.
Yendo estrictamente a lo que la convención nos dejó, los números fríos indican «más de 60 mil personas» circulando durante los tres días que duró el evento, cifra que, según datos oficiales, es entre un 15% y 20% más que en la edición anterior. Si tomamos en cuenta el hacinamiento en algunos momentos de la tarde y el crecimiento exponencial en estos porcentajes entre las diferentes ediciones anuales del evento, podemos afirmar que para la ComicCon de fin de año sí o sí necesitaremos un pabellón más o bien un predio más grande, sino va a ser imposible sobrevivir a los calores del noviembre/diciembre vernáculo. No obstante, nuevos espacios se abrieron, porque también es real que este año tuvimos un poco más de lugar para circular que en otras épocas. Y en primera instancia, es destacable que el espacio extra que se sumó con respecto a las ediciones anteriores se haya usado en gran parte para darle a los talentos locales un mejor lugar en el corredor de artistas. Tener la posibilidad de estar en contacto mano a mano con gente de la talla de Exequiel Fernández Roel, Salvador Sanz, Nico Di Mattia, el GENIAL Burda, Lea Caballero, Franco Viglino, Little Nando y otros tantos, le dan «un toque de magia» a ese momento de la convención en que los tenés al lado, porque no hay que olvidar que de la mano de artistas como ellos es que se generan los mundos que tanto disfrutamos. Es muy gratificante que esta gente comience a tener un espacio para dar a conocer sus nombres y sus obras de forma directa con el público, y que dicho espacio ya sea una parte estable de la convención. Pulgares arriba.
Siguiendo con el tema de infraestructura y logística, consideramos apropiado desde aquí seguir dándole un tirón de orejas a los organizadores en cuanto a la falta de planificación que edición a edición se nota en algunos espacios críticos en donde, ya sea por sentido común o por analizar lo sucedido en ediciones pasadas, es previsible que va a haber un problema de falta de lugar, ya sea porque captan de una forma u otra la atención de la gente -como el sector de videogames o de los espacios que generan filas, como buffets y baños-, haciendo de esas zonas lugares prácticamente intransitables, con las consecuencias que eso conlleva en la experiencia del público como tal. Es una pena que esto suceda porque, como dijimos líneas arriba, la ComicCon es en gran parte un evento cultural y familiar, pero cuando a un padre le queda la sensación de que la convención es un lugar intransitable donde no se puede estar, difícilmente regrese en una futura edición. Creemos que este no es un tema menor y merece análisis de parte de los organizadores, más teniendo en cuenta la gran afluencia de público que no paraba de ingresar al predio dejando extremadamente al límite la capacidad del lugar. Para muestra sobra un botón: en el «camión» de los Cazafantasmas familias enteras, comenzando por chicos y siguiendo por padres, hacían fila para maquillarse como el Joker, mientras que a su lado otra fila, mucho más numerosa, tenía a cientos de personas esperando sentarse en el trono de Game of Thrones. Así de simple, más de una hora de fila para «apoyar las pompas» unos segundos y posar para la foto, en una contundente muestra de gloria efímera y fanatismo, momentos «frikis» que todos vivimos alguna vez y que no son para juzgar -no nos corresponde ni nos compete-, sino que usamos para demostrar con ejemplos a qué nivel llegó este tipo de eventos.
Uno de los grandes atractivos de la ComicCon siempre fueron los artistas internacionales. En esta edición, contamos con la presencia del mismísimo Robert Englund, reconocido en todo el mundo por ser quien le dio vida a Freddy Krueger, aunque en la charla con los entrevistadores también hubo lugar para el recuerdo de Willy, el «lagarto bueno» de V Invasión Extraterrestre. Durante los días que estuvo presente, Robert fue el centro de las miradas y se llevó las palmas de cientos de fanáticos. El otro «plato fuerte» fue Billy Boyd, quien personificara al hobbit Pippin en la adaptación al cine de la saga El Señor de los Anillos. En esta oportunidad, los artistas se presentaron en el escenario los tres días a fin de que ninguno de los interesados en verlos en cuerpo presente se los perdiera y compartiendo con el público momentos que, seguramente, para más de uno fueron únicos, siendo testigos de las anécdotas de los invitados. Lo más interesante suelen ser estas anécdotas que cada personaje trae del arcón de sus recuerdos, amén de las preguntas del público que a veces pueden ser muy sofisticadas -cómo la chica que le preguntó a Robert cual fue la primera película que le dio pesadillas en su vida- hasta algunas bastante insulsas -siendo generosos-. En el auditorio, tuvimos también la visita de Kevin Nowlan, ilustrador, entintador y, sobre lo que más se charló, portadista de cómics americanos tales como Batman, X-Men y Dr. Strange, entre otros. En una charla muy amena con la gente, gran parte del público se llevó una linda sorpresa con sus enseñanzas. Minutos después, el artista argentino conocido como Rocambole, muy ligado a la banda de rock Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, dio un par de consejos y contó varias anécdotas de su recorrido como dibujante y artista plástico.
Otro de los puntos altos de la ComicCon fue el homenaje a Los Simuladores, la gran serie argentina de principios de los 2000. Los «cuatro Simuladores» –Santos, Medina, Lampone y Ravenna– estuvieron presentes el tercer día convención en cuerpo de los actores que les dieron vida por el canal Telefe: Federico D’elía, Martín Seefeld, Alejandro Fiore y Diego Peretti, sumados a, para sorpresa de todos los presentes -organizadores incluidos- el director y guionista -y «multitareas»- Damián Szifrón, reconocido en todo el mundo a partir del éxito de su último film, Relatos Salvajes. Entre las anécdotas, una dura crítica al statu quo de la televisión argentina actual, futuros proyectos y las preguntas del público, la presentación se pasó rápidamente y con muy buena onda.
Además, entre otras figuras locales tuvimos a Quique Alcatena, Liniers y el luchador La Masa, además de un Mario Pergolini que andaba por los pasillos sacándose fotos y participando activamente de la muestra como fan -y en cierta como patrocinador-.
Desde este espacio consideramos que es un acierto que los concursos de cosplay se hayan realizado en las primeras horas del evento, como para darle a las verdaderas estrellas de la jornada el espacio central que merecen. Es verdad que los cosplayers le dan un toque de color por demás particular y disfrutable a la convención, pero lo cierto es que muchos otros eventos que han optado por darle el protagonismo central a ellos han perdido el propio protagonismo e identidad, por lo cual creemos que la ComicCon ha optado por un camino por demás saludable para sí misma y para el resto del público, evitando también de ese modo alimentar el ego de quienes se creen más importantes que el resto de los concurrentes.
Haciendo un poco de memoria y recordando los grandes eventos que tuvimos en el pasado, una de las cosas que más se extraña son las ofertas de todo tipo que nos inundaban en ferias y convenciones de antaño. Es real que actualmente vivimos una época por demás particular a nivel político y económico -con total repercusión en las importaciones y también en lo que a producción local se refiere-, pero también es cierto que por momentos los costos de muchos de los productos se han vuelto prohibitivos para el bolsillo promedio siendo en muchos casos «chucherías». Ni mencionar que muchos de los productos «en oferta» en ComicCon son en realidad saldos editoriales de stock que han quedado tirados en algún depósito, pero que en cualquier feria o parque encontraremos muchísimo más barato -e igual o más nuevo-. Además, en término generales, realmente no hubieron dentro de los stands comerciales alguno que destacara realmente por su «puesta en escena», salvo el caso de Knowhere Collectibles, que junto al de Ovni Press fueron de los más llamativos. Es una pena que esto ocurra porque se trata justamente del evento más grande del género en el país y es justamente en este contexto es que se espera ver toda al artillería pesada que este mundo tiene para ofrecer. Creemos que es una asignatura pendiente para los stands plantearse realmente ser parte del espectáculo y no un simple comercio al paso en medio del recorrido de la gente. Y ya sabemos como es la fórmula: «cliente conforme, vuelve a comprarnos».
Haciendo un balance, la Argentina ComicCon parece una bola de nieve que no para de crecer y que ya no puede ser ignorada ni por los medios más grandes del país. Por la ComicCon desfilaron cronistas y noteros de los más grandes diarios del país y canales de televisión, figuras del mundo del espectáculo y hasta la mismísima Vorterix Rock transmitió sus programas radiales en vivo desde Costa Salguero, por lo que el potencial y la relevancia del fenómeno que este evento genera no necesita más explicación que el mismo muestreo relevado por estos medios y por nosotros mismos. Es verdad que para los más chicos, que no conocen de dinero o economía ni están completamente cruzados por la industria cultural a la misma manera que alguien ya curtido, este evento es una plena fiesta. También es cierto que los jóvenes y adolescentes siguen prefiriendo estos lugares, ya sea como lugar de esparcimiento, como sitio para encontrarse con amigos o como mero shopping. Pero lo que queremos recalcar es que más allá de los defectos y las virtudes, este espacio todavía funciona, sea para el «nuevo público» como para los que ya lo conocen. Podríamos seguir mencionando cientos de detalles entre aciertos y cosas por corregir, pero, como dijéramos al inicio, en términos generales la ComicCon sigue siendo un evento que no para de crecer. Es verdad que hay que nivelar el crecimiento cuantitativo con el cualitativo, pero apostamos a que eso puede suceder en las futuras ediciones. Por último, queremos agradecer en particular a la organización del evento por permitirnos ser partícipe, en especial a Esteban y a Sergio Miyagi, por estar pendientes y siempre al pie del cañón haciendo gala de su profesionalismo en todo momento. Así fue como una nueva Argentina ComicCon pasó, regalándonos montones de sonrisas y buenos momentos que esperamos se vean superados en la próxima edición, en la que seguramente estaremos recorriendo sus pasillos.
Los invitamos a ver el resto de las fotos del show en nuestra fanpage.
Sin comentarios aún!
Podes ser el primero en escribir un comentario