Por Shezo! – @ShezoNeozero
Una vez más las masas cayeron rendidas ante el llamado de lo que prometía ser el epicentro de la industria del entretenimiento -o al menos de una gran parte de ella-. La Argentina ComicCon se hizo presente una vez más en este 2015 con la premisa de subir la apuesta de lo que nos brindó en su primera edición de este año, en el mes de abril para ser más precisos. La cita fue otra vez en el Centro de Exposiciones Costa Salguero, pero en esta ocasión con la promesa a cuestas de que contarían con un lugar más grande en pos de brindar mayores comodidades al público dentro de ese predio al que es tan poco cómodo llegar. Las cartas estaban echadas, los stands armados, los invitados listos y la horda sedienta de entretenimiento más que predispuesta a dejar su dinero en el camino.
Durante los días 6 al 8 de noviembre la Argentina ComicCon abrió sus puertas y, además de dejarnos disfrutar de una gran variedad de espejitos de colores de esos que tanto nos gusta consumir hasta el hartazgo y más, también nos dejó un panorama tangible de lo que genera este fenómeno en la gente a nivel convocatoria. Como no nos cansamos de resaltar en este espacio, las diferentes industrias que conforman ese conglomerado al que aquí llamamos industria del entretenimiento –cómics, manganimé, cine, etc.- son una parte fundamental de la cultura contemporánea y es de celebrarse que cada vez más personas estén interesadas en acercarse activamente, incluso en familia, a disfrutar de estas industrias tan arraigadas a las diferentes expresiones artísticas que invaden nuestro mercado. Asimismo, es tan grande el fenómeno que muchos curiosos se acercan sólo para saber qué es lo que allí sucede. Es por eso que, ante tal demanda, se podría llegar a decir que espacios como la ComicCon son necesarios.
En esta ocasión, la afluencia de público superó ampliamente cualquier pronóstico previo. Pero esto trae consigo una serie de aspectos que los organizadores del evento tendrán que evaluar con mayor detenimiento. Cuesta imaginar que por momentos la cantidad de gente que se vio paseando por los pasillos de la convención no estuviera al borde de sobrepasar la capacidad permitida, lo cual claramente impacta de forma directa en lo que es la experiencia de quienes asistieron al evento. Por momentos, muchos de los pasillos se podían equiparar a lo que se vive en un subte en hora pico, lo cual no es para nada placentero, más aun teniendo en cuenta el calor, lo molesto que es estar estancado entre la muchedumbre o la imposibilidad de llegar a tiempo a alguna actividad en particular. En ese contexto, son cuestionables algunas de las decisiones que se tomaron a la hora de planificar la distribución de ciertas cosas dentro del predio, entendiendo que hay muchas situaciones que son claramente previsibles. El tener un kiosco justo al final de los stands de las grandes marcas que se encontraban al iniciar el recorrido por la convención -teniendo en cuenta de que un kiosco siempre genera colas- seguramente no fue la decisión más acertada si nos ponemos a pensar en una logística en la cual la gente pueda transitar con fluidez. Hay ciertos stands que, es de suponer por lo que ofrecen, van a generar colas, y si las mismas no están pensadas correctamente, el amontonamiento de gente, el tapar otros stands y la obstrucción de pasillos es inminente. Casos como esos se dieron en el stand de 501st Legion, fans de Star Wars -¿Quién no quiere una foto con Chewi?-, o en la firma de ejemplares de Marv Wolfman, cuya cola tapaba los stands de otras figuras invitadas como Frank Cho y Mark Texeira. Esas situaciones hacen que la experiencia de disfrutar del evento se vea claramente afectada de forma negativa, ya que rápidamente se hace molesto tanto para cosplayers, padres con hijos pequeños o incluso con cochecitos de bebé y, en definitiva a todos los asistentes, el no poder circular libremente. Lo cierto es que sí es verdad que el espacio con el que contó en esta ocasión la ComicCon era más grande que el de su edición anterior, pero «más grande» no siempre es mejor si no está correctamente planificado.
Por el lado de los invitados de tinte comiquero ya nombramos a Marv Wolfman, Mark Texeira y Frank Cho, quienes se mostraron muy distendidos y predispuestos a tratar con todo aquel que se acercara a sus stands para charlar con ellos. Una pena que el grueso del público haya pasado por alto la oportunidad de conocer a un talentoso como Cho, cuyo stand se vio poco concurrido. En el apartado nacional, contamos nuevamente con un concurrido corredor de artistas en donde se vio que el talento local tiene mucho para brindarle al público. Siempre es genial poder ver a gente como Rocio Zucchi, Fernando Heinz, Lea Caballero, Franco Viglino y muchísimos otros artistas que se encargaron de demostrar una vez más que el talento local merece tener un espacio como ese.
Siguiendo con los invitados, pero esta vez en el plano actoral internacional, nuevamente Game of Thrones y The Walking Dead fueron el foco de atención a través de las figuras invitadas. Chad Coleman, quien interpretó a Tyreese en The Walking Dead y Alfie Allen, quien encarna a Theon Greyjoy en la exitosa serie Game of Thrones se hicieron presentes por estas latitudes para compartir con el público sus experiencias en estas series tan masivas, además de tener un contacto todavía más cercano con quienes pagaron sus correspondientes entradas VIP.
Una nueva Argentina ComicCon pasó por estas tierras y si hay algo que nos dejó bien en claro es que el público está, que hay miles y miles de personas interesadas en que un evento así se lleve adelante, por lo cual es hora -siempre lo es- de hacer un balance y de seguir apostando no sólo a la cantidad, sino también a la calidad. Como dije líneas arriba, eventos de esta magnitud son necesarios para que las diferentes industrias que están relacionadas con la propuesta que espacios como la ComicCon plantean se vean cara a cara con el público, para que los artistas puedan entrar en contacto directo con la gente y para que los negocios relacionados con estas industrias tengan una gran ventana donde vender sus productos. Pero también sería interesante que espacios como estos sean también lugares donde los artistas puedan entrar en contacto con una industria que les pueda dar trabajo, donde los asistentes no sean meros espectadores sino que encuentren también actividades que los tengan como protagonistas mas allá del cosplay y, en definitiva, un lugar donde sea realmente entretenido estar, ya que justamente de eso se trata: de la industria del entretenimiento y no de un simple paseo de compras para que la gente tenga como opción primaria de entretenimiento sacase fotos con los cosplayers -que también son público asistente al evento- o sacarle fotos a los productos a los que no puede acceder.
Argentina ComicCon llegó para quedarse y eso es un hecho que desde aquí celebramos. Ahora es el momento de ir por más. El 2015 nos dejó a grandes rasgos un balance positivo y espero que lo que tengan en cuenta para brindarnos algo mucho mejor el año próximo.
Los invitamos a ver el resto de las fotos del show en nuestra fanpage.
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