Por Shezo!
@ShezoNeozero
Si hay algo que hay que reconocerle a este nuevo film del más que polémico y pochoclero director Michael Bay es que le hace honor con el título, porque definitivamente esta película es la era de la extinción en sí misma: la extinción de las ideas. Como si hiciera falta reafirmar su condición de director mediocre, Michael Bay no se cansa de brindar argumentos sólidos a sus detractores, redoblando la apuesta una y otra vez sobre las cualidades de su trabajo, el que brilla en el mausoleo de lo olvidable a fuerza de explosiones por aquí y explosiones por allá.
En esta entrega de los bastardeados en el terreno de lo fílmico personajes de Hasbro se tomó la decisión de darle un poco de aire fresco a la franquicia, presentándonos personajes nuevos con la esperanza de darle alguna que otra vuelta de tuerca a lo que la saga ya nos tenía acostumbrados. Y de hecho contar con la presencia de Mark Wahlberg –Ted- o de Stanley Tucci –La Terminal- podría haberle dado a algún que otro espectador la esperanza de que no todo estaba perdido ya que, si bien la carrera de estos actores cuenta con sus altibajos, es de reconocerles que son gente que tiene oficio. Pero lo cierto es que la trama hace agua por donde se la mire. En la misma nos presentan un panorama en donde, luego de la batalla que tuviera lugar en Chicago, los Autobots están siendo cazados por la CIA en alianza con un nuevo enemigo que busca capturar a Optimus Prime.
En paralelo a esto, entra en escena Cade Yeager -interpretado por Mark Wahlberg– un viudo, texano, pésimo inventor, desempleado que vive en una apartada granja cuya hipoteca no puede costear (!!!) con su hija Tessa Yeager –Nicola Peltz-, que es la nueva cara linda de la saga, y que además cuenta con la ayuda de su amigo Lucas Flannery -el olvidable T.J. Miller-, su socio/empleado/asistente que hace mucho tiempo que no ve su sueldo. En una de las clásicas recorridas de este dúo en busca de chatarra como materia prima de sus inventos (!!!) se topan en medio de un cine/teatro con un camión lleno de balazos y totalmente corroído, el cual deciden comprar por U$S 150 al dueño del lugar. Como todos supondrán a esta altura, ¡el camión no es otro que el mismísimo Optimus Prime, el cual el mediocre inventor que es Yeager logra reactivar! Acto seguido, tienen de la nada a toda la CIA sobre ellos en busca de la cabeza de Optimus, lo que da comienzo al show de explosiones y abuso innecesario de cuanto FX Michael Bay tiene en su repertorio a lo largo del resto de las 2:45 horas que dura el film -3 horas en la sala si contamos las publicidades previas al comienzo de la película-.
Les puedo asegurar que llegué a un momento en el que rogaba internamente que se terminara de una vez. Ya a menos de la mitad, el film se nos hace por demás aburrido, presentándonos una y otra vez escenas de acción que parecen calcadas de las anteriores entregas. Si bien es cierto que el despliegue visual es muy ostentoso, llega un momento en donde ya nada sorprende, transformando esta entrega en un sinfín de escenas que en nada suman a una trama por demás pobre, poco profunda, y que hasta por momentos parece desarrollarse de manera casi espontánea, sin rumbo, donde los personajes no llegan a convencer en lo más mínimo, con actitudes y giros inexplicables, productos de un guión que carece de la más mínima solidez para tener algo que valga la pena rescatar al menos. ¿Cómo se explica que a lo largo de una película de casi 3 horas ni siquiera hayan logrado concretar un sólo chiste bueno de los que intentan mechar entre los penosos diálogos? Hasta el papel que hacen los mismísimos Transformers es lamentable, con diálogos que rozan y hasta abrazan la mediocridad constante. Ni la aparición de los esperados Dinobots salva en nada a esta película, ya que los pobres pasan a ser rápidamente un adorno mas entre tanta pirotecnia pochoclera.
En definitiva, este film es una demostración de lo que definitivamente no hay que hacer. Muy mediocre por donde se lo mire. ¿Y los Decepticons? Bien, gracias. Seguramente Michael nos tiene más sorpresas bajo la manga, eso se los puedo asegurar, ya que los números lo siguen acompañando -detalle sorprendente-. Sólo me resta decirles que si están dispuestos a darle una oportunidad a esta entrega de Transformers lleven ropa bien cómoda para soportar esta epopeya fílmica. Mientras intento asimilar este duro golpe al buen gusto me voy a tomar un tiempo para rezar por nuestras queridísimas Tortugas Ninja.
«Zic Zic. Por lo menos asì lo veo yo»
Muy buena la nota… las entregas anteriores de Transformers ya me venían aburriendo un poco, así que ésto me termina de convencer para no verla en el cine.
En cuanto a las Tortugas Ninjas… admito que vi un solo trailer (no sé si hay más) pero no les tengo mucha fe 🙁
Saludos!!