Review: 風華 ~ FUGA ~: música tradicional japonesa en Buenos Aires, un momento especial (20-07-2013)

Review: 風華 ~ FUGA ~: música tradicional japonesa en Buenos Aires, un momento especial (20-07-2013)

1 comment 📅25 julio 2013, 15:53

fuga02

Por Mariano Aratta

Fascinación. Eso es lo que te producen esas dos chicas japonesas ejecutando sus instrumentos tradicionales. Hipnosis. Una vez que te dejás envolver por su música, todo desaparece alrededor, sólo las notas y la cadencia de estos ritmos tradicionales, pero modernizados por estas interpretes, son lo que valen.

Eso fue 風華 ~ FUGA ~, el concierto de música tradicional japonesa al cual parte del staff de Shinobi News asistió el pasado 20 de julio, en el Aula Magna de la UADEUniversidad Argentina de la Empresa-. Pero, si bien Hanawa Chie -tocando el tsugaru shamisen, típico laúd de tres cuerdas japonés- y Tsujimoto Yoshimi -en shakuhachi, flauta japonesa que se toca en forma vertical- representan algo del folklore japonés, con sus instrumentos tradicionales y sus kimonos, tan bonitas como contundentes en escena, su apuesta va más allá de la «música tradicional», fusionando en su concierto otros sonidos como el teclado y la percusión –Takimoto Seigo y Kawamura Shigehito sus ejectores- y coqueteos con el pop e incluso ritmos andinos, más cercanos a estas latitudes que al lejano país isleño.

Hanawa-san, con dotes naturales para el liderazgo, tiene un escenario magnífico, ejecutando su shamisen como un virtuoso guitarrista de rock, con toda la elegancia de su porte y su vestimenta tradicional y esa sonrisa pícara de complicidad con sus compañeros. Sin duda, mucho carisma para esta chica que toca el shamisen desde los 9 años y que ha obtenido numerosos premios y triunfado en varios concursos. Por su parte, Tsujimoto-san se mostró como una experta en el shakuhachi, el cual toca desde los 16 años, especializada en estilo Kinko. Se la notaba realmente feliz de estar regalando su música en un lugar tan lejano a su casa.

fuga01

El concierto se desarrolló en dos partes, sin intervalos, y un cover final con el que volvieron a escena. Los primeros temas con sólo ellas dos, para luego dar lugar al tecladista y al percusionista. Cabe destacar que la duración del show fue mucho mayor de lo que esperaba el auditorio, dejándonos a todos más que satisfechos. Asimismo, el público asistente -compuesto en un 50% por japoneses o descendientes- se mostró muy respetuoso pero bien «argentino» con los aplausos, silbidos, gritos y pedidos de «una más». El esfuerzo de las chicas por hablar en castellano fue aplaudido y hasta algún suspiro escapó desde la platea masculina del auditorio. Realmente, ambas se ganaron al público muy rápidamente, pero, vuelvo a destacar, esto no sólo se debe a su carisma y audacia en escena, sino también a lo magnífico de la ejecución de la música que nos regalaron: eran un dúo -en la primera mitad- y un cuarteto -luego-, pero también tenían un disfrute y una entrega total hacia la música, sensación que traspasaron al público.

Nos ofrecieron, además de canciones tradicionales japonesas, algunos temas propios compuestos por ellas y otras perlitas como Shimauta, la canción de The Boom que popularizó Alfredo Casero en Argentina; Spain, el himno de Chick Corea ejecutado en forma vibrante y magistral; y We are the World, de Michael Jackson, con el que cerraron el show. Un momento único se dio también cuando invitaron a escena al músico argentino Raúl Olarte -«Olarte-san», para las chicas-, quenista humahuaqueño muy popular en Japón. Luego de interpretar El Cóndor Pasa, la famosa zarzuela andina que «jamás creyeron interpretar en su tierra de origen», según dijeron, llamaron a escena a Olarte, con quien tocaron El Carnavalito -típica canción del norte argentino- y Sukiyaki -canción tradicional japonesa-. Desde la pantalla, las banderas de Japón y Argentina se unían, una vez más, mostrando la solidaridad y extraña hermandad que existe entre ambos países, tan distantes pero tan queridos entre sí.

Y así fue que tras casi dos horas de concierto, volvimos a abrir los ojos y «bajamos» de los paisajes oníricos al cual Hanawa-san y Tsujimoto-san nos habían transportado. Sinceramente, a pesar de la duración del concierto, había ganas de más música. A la salida, las chicas y sus compañeros se tomaron fotos y charlaron con la gente. No hablaban una palabra de español, pero no hacía falta. Con la música fue suficiente para comunicarse con nosotros.

Agradecemos especialmente a Horacio Marcó, asesor de prensa del Centro Cultural e Informativo de la Embajada del Japón por la foto que acompaña esta nota.

fuga03

Al término del recital, el Embajador del Japón, Masashi MIZUKAMI y su señora, Eriko de Mizukami, junto a las intérpretes: Chie HANAWA –tsugaru shamisen- y Yoshimi TSUJIMOTO –shakuhachi-.

Compartir:
Seth
Seth

Comunicador Social (UBA) y periodista, hombre de radio. Vegetariano, melománo empedernido, guitarrista, cinéfilo, fan de los '80, la filosofía y los "cuentos de terror". Seth odia los relojes y cree en la metafísica como única forma posible de autosuperación de la humanidad (?)

  1. cero
    25 julio 2013, 16:02 cero

    yo fui!! estuvo muy bueno y sin duda más de una vez me sentí transportado al pico de una montaña japonesa rodeado de vegetación y arroyos cercanos… algunos temas me parecían muy similares unos a otros, sobre todo los «pop tranquilitos»…

    Reply to this comment

Deja un comentario