Por Scott
Por 3ra vez en los últimos 3 años, Stone Temple Pilots aterriza su máquina de rock, convocando a sus fans a llenar el bastión del Luna Park.
Con un show discreto en cantidad de tiempo y canciones, STP hizo vibrar a todo el estadio, inclusive quienes estábamos sentados en las plateas, durante los 90 minutos que estuvieron en el escenario.
Se notaba que los años no pasan en vano, pero también devolvieron a los que nos presentamos esa noche, que los años 90 solo estaban a unos pasos.
Arrancando con Crackerman, era claro que los decibeles estaban a tope, agitando a un estadio que estaba impaciente por desatarse, continuaron con otro clásico de su álbum debut «Core«: Wicked Garden.
Hubo tiempo para también agarrar la mano de quien estuviere cerca con piezas como Still Remains o Big Empty, pero la energía nunca se interrumpió, el público coreó cada una de las canciones, inclusive las más recientes como Between the Lines o Hickory Dichotomy, de su ultimo álbum de estudio.
Los grandes momentos de la noche fueron como siempre Plush e Interstate love song, guardando una gran sorpresa para el final cuando llego el momento de los bises. La noche había estado cargada de emociones, la banda interactuó mas de lo que cualquiera podía esperar, Robert DeLeo, como la anterior ocasión, fue quien más cerca del público estuvo en todo momento, permitiendo hasta que los fans más cercanos, pudieran tocar su bajo, arrodillado durante la mayoría del recital intercambiando miradas y cariño mutuo con quien se cruzara, el único que no había tenido la chance de poder hacerlo, fue Eric Kretz, ya que siendo el baterista, se encontraba más limitado en cuanto a movimiento, es por eso que al volver al escenario, se acerco al público, saludando y aceptando la retribución de aquellos que chocaban sus manos, hasta que decidió abrazar a una Fan y sacarla del medio de la multitud, en ese momento Dean DeLeo saludo a la joven, Scott Weiland también se acerco a ella para saludarla, diciéndole algo al oído y entregándole su micrófono y megáfono, para entonar los primeros versos de Dead and Bloated! en ese momento el estadio exploto y fue así como una afortunada fan desato lo que sería la parte final del show que se cerraría con otro gran clásico como Trippin’ on a Hole in a Paper Heart.
La banda sigue demostrando que el tiempo solo se ve reflejado en su aspecto, su música sigue siendo contemporánea y alegra el corazón de aquellos que disfrutamos del Rock Alternativo de los 90’s y atrapa a quienes no los vivieron en su plenitud, como digo yo «devuelve la esperanza en la música».
Sin dudas un gran show, en todo aspecto, aturdiendo los sentidos y dejando una gran satisfacción para todos los que tuvimos la suerte de estar ahí!
Amen!