Por Seth
La banda de los metaleros armenios se presentó en GEBA -Buenos Aires- e hizo poguear y sudar a miles de adolescentes, que desde muy temprano se habían apretado contra las vallas.
Con una puesta en escena simple -telón con el nombre del grupo- y un falso arranque estroboscópico, los ex-barbados nos dieron un mazazo alterno-metal de dos horas, con un sonido arrollador y 28 temas de varias épocas.
Serj Tankian se presentó como un líder carismático pero sin estar en pose, sorprendió a todos con su habilidad en la guitarra electroacústica y la sutileza con el teclado. Antes del tema Holy Mountains, recitó un discurso de concientización social, levantó las manos y, con una especie de danza ritual y el revoleo de una bandera armenia como acompañamiento, gritó «¡disco!» en código dance: S.O.A.D. tiene etiqueta propia y no importa que coquetee con otros géneros.
Otro que asombró fue el violero Daron Malakian, un arengador de aquellos a la altura de Tankian. Con su cara de psico-killer y voz extrema, el guitarrista se complementa a la perfección con la coloratura vocal de Serj. Y también hay espacio para el humor: en Cigaro cantó despacio y claro acerca que su miembro es más grande que el nuestro -e inclusive algunos aplaudieron-.
Chop Suey! y Toxicity… palabras al margen… momento de clímax para un público que esperó muchos años por este show y que sintió que la espera valió la pena.
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