Por Nahuel Dominguez // @shinobinews
PH: Nicolás Kotolenko

A pesar del feriado y el frío que te partía al medio, la gente salió a la calle y se acercó a La Tangente para vivir la presentación del tercer disco de estudio de Cazacuervos. En esta nueva era de la banda, Franco pasó de solo tocar el bajo a cantar, todo un desafío teniendo en cuenta el tema que es “cambiar de cantante en una banda”. El power trío estaba listo para salir al escenario después de casi 2 años y medio de estar parados. El lugar quedaba a oscuras y luego de un largo silencio, arranca a sonar una intro y empieza “Tan Cerca”, primer corte de “Irreversible”.

La precisión de la banda mostraba todo el laburo que hubo durante estos años, no solo en lo musical, sino también en lo vocal por parte de Franco que agradeció cálidamente a su “gurú” vocal que lo acompaña en el nuevo reto de ser frontman. Por otra parte, la banda se dio el gustito de tocar temas de sus otros discos: “Abismo” y “EP31”. Canciones que la gente fue votando por Instagram semanas previas al show.

El trío estaba en llamas, era palo y a la bolsa. Un reci lleno de energía que te gustara o no el género, no te dejaba un segundo quieto. No dejaban hueco, era un tema atrás de otro; incluso nuevas versiones adaptadas al estilo vocal del bajista. También cabe destacar el laburo en coros que tiene esta banda en vivo ya que Hernán (baterista) se puso la 10 con las segundas voces e incluso armonizaciones entre los tres. Ale (guitarrista) era el encargado de disparar las pistas y de tirar los miles de efectos que anteriormente llenaban 2 violas. Más allá de ser menos, la formación suena demasiado sólida y no tiene nada que envidiarle a su pasado.

Los Cazacuervos volvieron más furiosos que nunca. Nuevamente, la formación es impecable. Lo justo y necesario para partirte la cabeza en vivo… tal es así que cerraron la noche con uno de sus últimos singles: Desequilibrarme.