Por Cristian Carbone // @shinobinews
PH: Nicolás Kotolenko // Instagram @grisyamarillo
«Sangre en las paredes, crimen y ejecución, psicodramas de televisión»
Sábado 6 de octubre.
La Ciudad de Buenos Aires festeja la inauguración de los Juegos Olímpicos de la Juventud. Mientras se hacen los preparativos para dicho evento, que se desarrolló en el centro porteño a largo de la Avenida 9 de Julio -cerca del Obelisco-, la ciudad es un caos por los cortes de las calles y avenidas más importantes. Miles de personas concurrieron al evento que abrió la cita multideportiva más grande de la historia argentina -sabemos que la historia es una gran mentira que se transforma en leyenda- gratuita y fuera de un estadio, que incluyó hasta fuegos artificiales. Pero a menos de 200 metros de ahí, el clima era otro. Más precisamente en el Teatro Gran Rex, los colores y la alegría del deporte se terminaban para dar lugar al negro, las tachas y los pelos parados de aquellos que aún creen en el Punk, fusionados con los que alguna vez lo fueron o coquetearon con serlo, devenidos ahora en señores, acompañados por sus hijos.
La obra que se presentaba en el teatro no era ni más ni menos que la de Los Violadores (de la ley), cuyo guión trata temáticas como la lucha de egos, el compromiso lírico, las interminables separaciones, reconstrucciones y formaciones que puede sufrir un grupo. «Es así, en las familias hay peleas», dijo el cantante Pil Trafa en una entrevista antes de este show. Lo importante es que, una vez más -y con su formación clásica, que no es la original o la de los inicios- Los Violadores se presentaron, con la excusa de celebrar 30 -31- años de Mercado Indio y aprovechar para hacer una lista de temas donde muestran que, sacando las letras que los caracterizaron, son mucho más que una banda simple de Punk Rock, que pueden demostrar sus dotes en el amplio camino del Pop y el Post-Punk, aunque todo esto gracias a Stuka.
Como comentamos más arriba, entre el público había muchos padres con sus pequeños hijos, intentando demostrar que alguna vez fueron o intentaron ser Punks. Por suerte, sus hijos no estaban disfrazados. Resaltaba esta gente «grande» entre los asistentes, con un dejo de alegría y nostalgia en sus ojos, contando viejas historias a los pequeños. Los cantos «a lo barra brava» empezaron progresivamente mientras que el recinto se iba llenando. Son conocidos por todos los cánticos de estilo futbolero, cambiando el cuadro del equipo por el de la banda de turno. Entonces sonaba «violadooooo», cada vez más fuerte y con el público más y más enardecido.
Cuando el telón se abrió, dejó ver una pequeña orquesta de cuerdas y al prolífero guitarrista mirando desde un costado como si fuera su director -¡debería serlo!-. Y el show comenzó con una versión lounge de Nada ni Nadie nos Puede Doblegar, totalmente instrumental, que cada tanto tuvo algún «alarido» de la soprano Oriana Favaro, para finalmente ser intervenida «a lo Punk Rock» y que interactúe con los coros en el estribillo final. Así, abría el show una banda que no puede parar de poner en evidencia que lo que los cohesiona como grupo es una constante lucha de egos y de poder por el liderazgo entre Enrique Chalar, más conocido como Pil Trafa, y Gustavo Fossá, el mencionado Stuka, que lograron al inicio simular un falso compañerismo que paulatinamente fue desmoronándose a lo largo del show
La siguiente canción fue Bombas a Londres, donde Pil aprovechó las escaleras del teatro para hacer lo que haría durante toda la noche: subir y bajar en cada uno de los laterales, tratando de acercarse -tampoco tanto y con una valla y un seguridad de por medio- a la gente que estaba más lejos del escenario. Luego sonaron Revolución Inter, haciendo mención a los juegos olímpicos –«se hacen en un estadio y no interrumpiendo toda una ciudad»-, Más Allá del Bien y del Mal y uno más del disco homenajeado: Al Borde del Abismo. «Y nada es lo mismo», dice la letra. Así son las cosas, tres décadas después.
Llegó el turno de Comunicado Nº 166: «es bueno hacer ejercicio todos los días», comentó Pil al pasar, a lo que Stuka retrucó que «fue bueno haber sido Punk en este país de mierda». Luego sonó Infierno Privado -otro de Mercado Indio– y uno más: En la Gran Ciudad, donde Stuka demostró que es un gran arreglista, si no el mejor, y dejando al público pensando que 30 años después… ¡en la gran ciudad seguimos igual!
Stuka volvió a tirar otra gran verdad cuando el público empezó a cantar el hit del verano pasado -o el desahogo de los trabajadores- «MMLPQTP»: «cuanto más lo nombren, más publicidad tiene. Tóquense un huevo». Tal vez el guitarrista de los anteojos de topo es la cuota de la poca rebeldía que le queda a los señores grandes que se pararon sobre el escenario. Después de esto, Sentimiento Fatal, ¡y siga dibujando con la viola Stuka!
Juega a Ganar: «A todo o nada, el juego se llama así», dice la primera frase de esta canción y, como decíamos anteriormente, se nota que así están entre las dos figuras de la banda -porque por más que el Polaco y Gramática, clon calcado de Marky Ramone en lo estético, hagan su parte para ser escénicos, quedan opacados por sus compañeros-. Stuka es siempre un as en la ejecución de su instrumento, la actitud y el dejo de rebeldía que no quiere perder y Pil es figura con el discurso que tantos adeptos consiguió y, tratando de mostrarse todo el tiempo como un señor coherente, genera también un feedback con su público. Ellos dos, como dijimos, hicieron sin dudas la contienda de la noche.
Siguiendo con el carisma y la evidente composición de una persona que estaba más allá del Punk, llegó Sólo una Agresión, acompañando a Stuka nuevamente Oriana Favaro. Y después de tal vez una de las canciones más lindas del grupo, llegó la canción que le da nombre a la banda: Violadores de la Ley. Muy atinadamente, Pil cambió la letra: “fuimos y seremos verdaderos impostores”, revelando así lo que ya venía notando durante toda la velada, que la banda está llegando a su fin, que ya no va haber más violadores después de su siguiente fecha pactada. “Será el último show y no más”. Continuaron cada vez más evidentes las peleas entre él y el guitarrista: «No se botonea a un compañero», aclaró el cantante, protagonizando tal vez la escena más incomoda e infantil de la noche.
Llegó el tema que da nombre al disco homenajeado, Mercado Indio, el más esperado por «los papis Punks» que coreaban y exclamaban a sus hijos que escuchen atentos, para dar lugar a Noticias en la Noche, con una referencia a la importancia que le da la gente a los medios de comunicación. Las letras de la banda, como un buen libro de Ciencia Ficción, siguen vigentes y se cumplen a rajatabla. Fuera de Sektor fue el tema elegido para el cierre antes del encore. Tras unos minutos, como era de esperarse, volvieron los cantitos futboleros y la banda volvió al escenario con Beat Africano, La Era del Corregidor –otra canción que te cala hondo en los acontecimientos actuales del país en la veta de George Orwell– y luego invitaron a un saxofonista para hacer una especie de revival de algo que hicieron allá por el ’87 junto con Soda Stéreo en Temperley, en una versión «bien Las Vegas» según Stuka, para terminar con Represión, que salió de los acordes de Stuka después de que Pil haya presentado otras dos canciones que no fueron tocadas. Luego de la clásica canción, que refleja la época más turbia de Argentina, la banda se retiró y sólo volvió Stuka a tocar unos pocos tonos a capela diciendo: «esto es de mi parte, solo de mi parte, los quiero mucho», para ahora si retirarse y no volver.
Así fue que terminó el show de Los Violadores, sin un saludo ni una foto del grupo con su gente ¿Será el final de la banda, una vez más? No lo sabemos, aunque todo indicaría que sí. La historia ya nos dio muchas separaciones y reencuentros de este mítico grupo y, tal vez, quizás tengamos que esperar unos cuantos años más para otra nueva reunión, si es que llegase a haber una. Pero nos quedamos con las buenas canciones para siempre ¡Los discos son inalterables al paso del tiempo y las disputas de sus integrantes!
Y si quieren quedarse con algo más, les compartimos las fotos del show desde nuestra fanpage de Facebook:
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