Por Ernst core // @shinobinews
PH: Sebas Michia Fotografías // Facebook

Corrosion of Conformity volvió a Buenos Aires después de más de una década y fue la primera vez que Shinobi News tiene la suerte de verlos en vivo, en esta ocasión un día martes en Uniclub. Jornada laboral para muchos y casi todos, por lo que no pudimos presenciar a las bandas anteriores: la nueva versión de E.D.O. ni tampoco Transmutar.

La banda estadounidense, más conocidos como COC, vinieron esta vez a presentar No Cross No Crown, un hermoso disco que se ubica entre lo mas «sabbathiano» de su discografía, en una versión de la banda de Carolina del Norte muy cercana a la más clásica, ya que sólo faltó el baterista Reed Mullin entre quienes grabaron el disco -situación triste para algunos, ya que Mullin es un referente del género en su instrumento-. Sin embargo estaba, esta vez, Peeper Keenan como frontman y no faltaba más, ya que muchos esperaban verlo otra vez al frente da la banda.

21:50 del martes y comenzaron a escucharse los tonos de bajo de Bottom Feeder, el instrumental con el que cierra el disco Wiseblood, que vienen usando a modo introducción en esta gira. Sin terminar el tema, y con toda la banda ya en el escenario, le dieron lugar a The Luddite, del ultimo disco, para proseguir con la avalancha de «hits» -o los temas que más queríamos escuchar-: Brocken Man, Señor Limpio y Wiseblood.

COC es notable como banda de oficio. Con un manejo del escenario impecable, que aunque era un poco chico parecían estar muy cómodos allí.

Muy bueno también como Peeper se las arreglaba cuando se olvidaba alguna frase de las letras. Él, en su enormidad musical, puede demostrar que los grandes también se equivocan y, de la mejor manera, siguiendo al frente con buen humor.

Pasaron por Who’s Got the Fire, Seven Days, 13 Angels, Vote With a Bullet y terminaron el bloque con Albatros. Al retorno, hicieron una versión extendida de Clean my Wounds, con una zapada intermedia que no pareció muy ensayada, lo que le daba el gusto enorme musical que tiene la improvisación. Terminaron así, dejando la sensación de haber visto algo increíble.

Es saludable un ejercicio que se puede hacer al escuchar No Cross No Crown: imaginar a Ozzy cantando cualquier tema. Nos transporta a lo mejor que tiene esta música.

Agradecemos a Sebas Michia por compartir con nosotros el material fotográfico para esta reseña. Si quieren, pueden pasar por su fanpage en Facebook, compartimos el álbum del show a continuación: