Por Odin // La isla del Dr. Odin
PH: Carla Guasconi

Existen recitales y existen espectáculos musicales. El show que brindó la banda británica Cradle of Filth el pasado jueves en el Teatro Vorterix de Buenos Aires entraría dentro de la segunda categoría.

Sin luces ni explosiones, los comandados por Dani Filth nos mantuvieron envueltos en un universo de Extreme Gothic Metal durante poco más de 1 hora y media.

Ya de entrada se notaba que la banda comenzó su presentación con la energía al máximo, interactuando con el público mediante gestos faciales y piruetas con sus instrumentos -el guitarrista Rich Shaw es todo un atleta-. La banda entera la estaba pasando bien en el escenario y el público lo notaba y disfrutaba por igual, lo cual siempre es un plus.

Beneath the Howling Stars -con una Lindsay Schoolcraft inspiradísima en teclado y voz-, Blackest Magic in Practice y la fantástica Bathory Aria, fueron temas que se sucedieron como una avalancha sonora sobre las cabezas del enfervorizado público, todas canciones que nos hacían atravesar atmósferas y estados anímicos diferentes.

Una mención especial merecen los guitarristas de la banda. Tanto Ashok como el mencionado Shaw vienen de una escuela de Metal más tradicional, aportando a esa marmita sonora que es Cradle Of Filth en porciones justas para no desentonar con la extremidad del asunto.

Tras 14 canciones casi sin respiro llegó la hora del final con el clásico From the Cradle to Enslave. La gente enloquecida, el saludo, la foto y el telón final…

Si las canciones de Cradle fuesen cuentos cortos, seguramente estarían escritos por autores torturados como Edgar Allan Poe o H. P. Lovecraft. Y estoy seguro de que los querríamos leer una y otra vez.

Antes de cerrar -y con el estribillo de Nymphetamine (fix) todavía dando vueltas en nuestras cabezas-, bien vale destacar dos items más del show que presenciamos en Vorterix. En primer lugar, el estupendo estado vocal de Dani y, en segundo aspecto, un detalle no menor: la lista de temas de la banda tenía escrito exactamente cuánto debía durar cada parte del show. Siendo británicos, la verdad que no nos extraña ni un poco ese detalle.