Por Nahuel Dominguez // @shinobinews
El pasado viernes en La Tangente, moderno local en el barrio porteño de Palermo, y de la mano del virtuosismo psicodélico de Hernán Jacinto, arrancaba lo que iba a ser una velada llena de magia. El pianista empezó a ejecutar una pieza en medio de la penumbra con sólo unos leds azules colocados a lo largo de su instrumento que iluminaban tímidamente el escenario. Los pocos fans que habían llegado hasta el momento estaban a la espera del comienzo de Sambara. La banda salió finalmente siendo recibida por una cálida ola de aplausos.
Julián Malosetti -hijo del legendario Javier y, obviamente, baterista de Sambara-, Federico Schujman -voz-, Marcos Lorenzo -sintetizadores y voz-, Gabriel Kerman -guitarras y coros-, Andrés Elijovich -pianos y coros- y Ariel Schujman -bajo y coros-, salieron decididos a volarnos la cabeza.
La silueta de Schujman danzaba en medio del escenario mientras las primeras melodías empezaban a sonar. Las luces tenues y la máquina de humo jugaban mucho con el clima del ambiente. Otra cosa interesante era el vestuario, todos coincidían con la misma temática, incluso el cantante. A lo largo del set presentaban un popurrí bastante completo que iba desde jazz hasta el math rock. Musicalmente mutaban constantemente y sus canciones evolucionaban a medida que transcurría cada canción. Sambara era como una dosis de relax un viernes a la noche para olvidarte de tus problemas después de una semana larga.
La gente seguía cayendo y poco a poco, se empezó a llenar el lugar. La audiencia reaccionaba al ritmo de la música y los riffs que se te grababan en la cabeza haciéndote mover por inercia. El show iba cobrando un clima cada vez más familiar con miradas y sonrisas intercambiadas entre músicos y espectadores. Era un momento de relax, como esa ducha caliente que esperaste con ansias todo el día. Sambara estaba viviendo el momento y transmitiéndole toda esa magia a la gente. Si prestabas atención podías ver sonrisas de alegría entre la gente que bailaba a lo largo de la noche.
Agradecieron a todos los presentes y a su equipo de trabajo. Sambara se despedía y cerraba el show. La gente los acompañaba con palmas y coreando los riffs. La próxima, el jueves 16 de noviembre en Casa Rock -también en Palermo– abriendo una noche increíble junto a LAS MANOS DE FILIPPI. ¡No se lo pierdan!
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