Por Leon Seb // @leon.seb
PH: Priscila Maiz
Plaza Serrano es mítica por la cantidad de bares y por su ardua vida nocturna. Un lugar agradable que por las tardes levanta una feria y, en su contraparte nocturna, enciende carteles y luces colgantes, los bares despliegan sus sillas por la vereda, con la invitación para quedarte un rato. Los locales más pequeños tienen una gama de colores y carteles para no pasar desapercibidos y, si eso no alcanza, están «al pie del cañón» para que les des una oportunidad. No siempre se tiene una buena impresión de alguien que te increpe en la puerta para que pruebes una pinta de cerveza pero, a veces, ofrecen algo mejor de lo que esperas.
En esta oportunidad, te invitamos a que te des una vuelta por El Club Bar -Honduras 5028, Palermo- los domingos, días en que se realiza el ciclo La Jauría del Club. Vení con un amigo o solo, de todas maneras no te vas a aburrir.
El Club Bar se encuentra a unos metros de Plaza Serrano, tiene demasiados transportes como para decir que no y se funda bajo el lema «más que un bar», lo cual tiene mucho de cierto. El local tiene poco más de un año y el ciclo La Jauría del Club está superando ya los seis meses de presentaciones, siempre en domingo. Antiguamente, el lugar era una casa y, al ser angosto, el evento crece en altura y terminan siendo dos pisos, que a su vez se dividen en cuatro sectores, cada uno con una rama artística diferente. De alguna forma, el sitio logra dar la sensación de comodidad que suele darnos un bar amigo.
Vamos de forma ordenada: la música es una de las cosas por la cual salimos de nuestros hogares. El ciclo La Jauría del Club nos ofrece una banda que toca en vivo desde Soul, Rock y Blues, entre risas e improvisaciones. El «escenario» se ubica en la planta baja, sin tarima, y con mucha acústica. Nos recibe una banda que fue formada exclusivamente para el ciclo, dando una cálida bienvenida. Una calidad de músicos impecable y con mucho amor al arte propio. Podés escuchar clásicos, un par de covers y también canciones propias con un aire de amistad que recorre entre temas.
A un lado hay un patio con plantas, mesas y velas, donde lo natural y la noche se funden. Allí también tenés tarot a la gorra, para quien gusta del esoterismo y la mística. Este ambiente juega para vivir una nueva aventura, escuchar un consejo o animarse a probar algo nuevo.
Si subimos al siguiente nivel nos encontramos con colores, telas y tinta. Una escalera algo angosta nos lleva a unas tarimas con cuadros pintados en vivo. Tres artistas dibujando líneas y exponiéndose. No hay un estilo en particular, sólo dibujos que, si te tomás tu tiempo, puede llevarnos a navegar al mar de lo imaginario. Te dan un lugar para descontracturar de lo habitual. Entre los artistas se encuentran Marcelo Germana, Alma Gemma, Maribel Rombola y otros.
En otra sala, un tatuador –Matías Lugani– ofrece colorear y dibujar sobre la piel a la gorra. Un espacio más atrevido para el que le gusta arriesgarse a hacerse ese tatuaje que siempre ponemos una excusa para no hacerlo. Las terrazas suelen tener algo mágico. el lugar donde contemplamos el cielo y el horizonte. Esta terraza te invita a relajar, reflexionar y tomar una cerveza para entrar a un mundo surrealista.
La rutina es algo que nos suele ayudar y a la vez apagar. Siempre buscamos un escape aunque sea un rato, una noche. La Jauría del Club nos lleva a salir un domingo y, aunque sea increíble que sea en un lugar tan chico, nos ofrece cuatro actividades diferentes. Música, misticismo, arte y tatuajes. Y si no, tomar una buena cerveza. No queremos agregar más información, sólo queremos invitarte a ser uno más de esta manada por una noche y demostrarte que, lo que se encuentra escondido, puede regalarnos una gran sorpresa.
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