Por Scott
@escote 

En la entrega de hoy vamos a hablar de algo que, a nuestro parecer, podríamos llamar «el mal uso de las franquicias». En este caso, les traemos puntualmente a esta sección material de Star Wars, toda una eminencia en lo que a merchandising se refiere. Vamos a hablar del abuso de los gadgets, así que entren… ¡a la cocina de Star Wars!

¿Quién podría querer una licuadora de mano de Star Wars? Les aseguro que muchos, pero la realidad es que ya tocamos un límite. Infinidad de artículos que no tienen otro fin que ser simpáticos y sacarle un dinero extra a los amantes de la serie intergaláctica más famosa de la historia es algo de lo que podrán ver en esta breve galería:

Si repasamos individualmente, vamos a tener una lista interminable de objetos, pero con mirar un poco las imágenes pueden entender a lo que nos referimos. Los limites aceptados pueden ser una taza, un plato, una remera o campera, una mochila o bolso ¿pero ya una tostadora que lo único que hace es marcar la tostada con un logo? Es algo que ya parece mucho y más cuando no sacan una sola versión sino ¡muchas versiones de cada personaje!

Ni hablar de los cubiertos o el rayador para queso, o los palitos para hacer helados. Ya ahí estamos pensando en algo que va a terminar en una cajón de nuestra cocina olvidado luego del segundo uso. Bandejas, panquequeras temáticas, máquinas para hacer pop corns o máquinas expendedoras de goma de mascar, todos ítems que muestras el nivel de necesidad de poner en el mercado productos sin pensar tal vez que el bolsillo del coleccionista conoce limites.

Hablamos de productos que arrancan en los U$S 10 y tocan hasta los U$S 150. Para objetos que si bien a la vista son atractivos y que juegan con la nostalgia de cada uno, la verdad es que -por lo general- no son prácticos y, como dijéramos anteriormente, pasarán a ser un objeto olvidado en nuestro hogar.

Como se habrán dado cuenta ya, no siempre vamos a ofrecer algo en este espacio, a veces también recomendamos fervientemente NO consumir ciertos productos, porque sinceramente muchas veces se cruza una frontera y no hay regreso atrás -se los dice alguien que tiene un sillón inflable de Darth Maul en su cochera sin uso hace más de ocho años-. Pero, fundamentalmente, con esto queremos indicar que se pierde la esencia de la pasión que uno tiene por este tipo de productos. No siempre tiene que haber algo de todo y es en la menor cantidad de variedad de objetos que se genera esa mística de la colección. Frustrar al usuario no es algo que este tipo de empresas que sacan estas cosas a la venta tienen en cuenta, pero créannos que al haber tanto por conseguir, es la sensación que se termina generando.

Ahora si me disculpan ¡me voy a tomar mi merecido licuado!