Review: Clan of Xymox en vivo en Uniclub (05-04-2016)

Review: Clan of Xymox en vivo en Uniclub (05-04-2016)

0 comments 📅11 abril 2016, 15:35

Por Mariano Aratta // @gutenseth
Fotos: AgentDark // @Echonny

En los ya lejanos años ’80, para que una banda se haga conocida había que hacer cierto tipo de magia: o bien «estar en el momento justo» y «pegarla»; o bien meter el famoso one hit wonder para que luego ya nadie se acordara de nosotros más que por tararear una melodía -pero jamás recordando el nombre-. En ambos casos la banda era mega irradiada por radios y sus vinilos y cassettes se agotaban en poco tiempo. Pero había un tercer escalafón en el reconocimiento musical: bandas que no sonaban mucho en radio y televisión, que no tocaban en Sudamérica ni llenaban estadios, pero que algún gueto hacía propia. Los canjes de recortes de diarios o revistas donde eran mencionados, generalmente de otro país, se hacían habituales en plazas y parques, donde de pasada podíamos conseguir algún disco o video «trucho», así como también las visitas a la casa de algún amigo con la vieja grabadora de VHS bajo el brazo y pilas de «virgenes para sacrificar» en espurio ritual de copiado pirata.

Clan of Xymox es una banda que encaja dentro de estos parámetros. Darkwave, holandeses e independientes, un combo que hizo difícil su desembarco en América Latina en forma masiva, pero que sin embargo los convirtió en un clásico de culto de la escena europea. Se formaron en Amsterdam en 1984 y, luego de varias idas y vueltas en su historia, desembarcaron por primera vez en nuestras tierras en diciembre de 1999, en el mítico bar/boliche Requiem. En octubre de 2003 se presentaron nuevamente en nuestro país en otro clásico recinto de las hordas góticas locales, el Teatro Arlequines. Así transcurrieron los años para esta banda con poca repercusión mediática y con perfil bajo. Pero los cultores de la música oscura siguieron esperando su retorno, sobre todo quienes no habían podido verlos en su momento y que, Internet mediante, agilizaron fácilmente el proceso descripto en el comienzo de esta reseña: ya no es necesaria la suerte, ni un promotor con muchos contactos, ni que te pasen en radio, sino que los fans están ahí, a un click de distancia. Lo seguro es que «el Clan» fue uno de los artistas que, junto a Cocteau Twins, Dead Can Dance y The Cure, delineó de negro los ojos de la música hace más de tres décadas.

Trece años pasaron para volver a darnos el enorme gusto de ver a Clan of Xymox en vivo. En una sala que quedó pequeña- Uniclub-, repleta de gente enfervorizada por la presencia de estos Señores de la Oscuridad. Tal vez la organización debió prever esta situación y analizar la posibilidad de un lugar más grande. Quedará para la próxima.

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Pero antes que Ronny Moorings y sus muchachos salieran a escena, el dúo Decoded Feedback -también de más de 20 años de trayectoria- dejó al público en un estado perfecto para ver al Clan, saltando y agitando, con esa fusión de electropunk, industrial y aggrotech tan poco característica por estas tierras, que no nos permite quedarnos quietos en el lugar, sino que nos obliga a movernos y revolear la cabeza en frenesí ritual irrefrenable.

Minutos después de las 22, Moorings -cantante- y el también eterno Mario Usai -bajo-, se ubicaron al frente, acompañados por Sean Göbel en sintetizadores y laptops -además de un músico support invitado que ayudó con más sintetizadores y pistas-. La excusa era la presentación de su más reciente álbum, Matters of Mind, Body & Soul, en el marco de su gira South American Tour 2016. Pero el show se convirtió en un repaso por todos los clásicos de la banda, dejando al público más que conforme con todo el recorrido y las reversiones de estos temas de culto que hacía años no sonaban en vivo por estas latitudes. Y si bien la banda venía en ajetreada gira -el 31 de marzo en Casa Babylon, Córdoba, Argentina; al día siguiente en Montevideo, Uruguay; y el 2 de abril en Santiago, Chile- la noche del 5 de abril en Buenos Aires difícilmente será olvidada. Una gira intensa para una banda igual de joven que hace 30 años.

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Y después de unos pequeños retos al sonidista del local por los retornos de la guitarra y algunos problemas con el sonido de los sintetizadores, la banda pudo acomodar los engranajes y darle duro a una noche oscura como pocas, en el comienzo del otoño porteño, con una selección de su voluminosa discografía, que incluyó clásicos como Hail Mary, Muscoviet Mosquito, Louise, Jasmine and Rose, Farewell, A Day, o temas más recientes como In Love we Trust. Muy simpáticos tanto cantante como bajista -y ocasional guitarrista-, carismáticos y muy prolijos en su labor, respondieron al entusiasmo del público y volvieron dos veces al escenario luego de amagar con finalizar el show.

Dentro de ese sonido dark tan típico de los ’80, el Clan nos administró dosis rítmicas y de sintetizadores que nos hicieron bailar y saltar, algo que esta banda supo anticipar en muchos años -no por nada el industrial bailable se hizo popular entre cierto público la última década, propiciando que este género musical también pudiera llegar a determinados boliches-. Para los bises llegaron Back Door -otro clásico eterno- y siguiendo en la onda danzarina, nada más ni nada menos que Venus, cover de los también holandeses Shocking Blue -sí, una banda one hit wonder que nadie recuerda aunque todos cantemos el tema de memoria-. Y el cierre se consumó con un homenaje a un caído, un mimo al gran David Bowie y una versión oscura -más todavía- de Heroes. «El fue uno de mis héroes», confesó Moorings segundos antes de los primeros acordes de la canción. Fueron casi dos horas de calidez y música, contra todos los pronósticos, amenizada por la simpatía de los frontman y un sonido muy pulido, más allá que Uniclub atentó contra el profesionalismo de la banda, quienes pudieron hacer frente a la situación y salir adelante indemnes.

Aunque del trío fundador sólo queda Moorings, el espíritu de aquellos años de melancolía ochentosa aún existe en cada presentación de Clan of Xymox. Entre el público había mucha gente entrada en años, señores grandes, barrigones y calvos, con algún que otro joven infiltrado, quienes hicieron de la noche un ritual de un todo orgánico en procesión, para formar parte del Clan. Una banda que superó cualquier estereotipo y prejuicio para conformarse como pilar de una década perdida en el tiempo. El otoño, en Buenos Aires, es muy caluroso para ellos, como indicó Moorings al final del show cuando anunció que tenía ganas de ir a tomar «unos tragos» y que estábamos invitados. Y ese calor climático fue también el calor de una banda para su público y viceversa, en un abrazo repetido ilusoriamente durante 30 años de oscuridad.

Les compartimos a continuación el álbum de fotos del show, cortesía de @Echonny, directamente desde nuestra fanpage de Facebook:

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Seth
Seth

Comunicador Social (UBA) y periodista, hombre de radio. Vegetariano, melománo empedernido, guitarrista, cinéfilo, fan de los '80, la filosofía y los "cuentos de terror". Seth odia los relojes y cree en la metafísica como única forma posible de autosuperación de la humanidad (?)

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