Por Mariano Aratta // @gutenseth
Fotos: Mati Fortini // VisualDraft
Sonata Arctica es una banda que viene de un país frío –Finlandia– pero que es recibida con calor y pasión en cada una de sus visitas a Buenos Aires. Es probable que sea una banda más de esa larga lista de agrupaciones que «se sienten locales» en estas tierras y por eso cada vez que pueden se pegan una vueltita. A poco menos de un año de su última visita, el quinteto de Power Metal liderado por el carismático Tony Kakko volvió a Argentina el domingo 8 de marzo, en el marco del Teatro de Flores, ofreciéndonos un show memorable. Poco antes de las 20 hubo dos bandas soporte que fueron prendiendo el fuego lentamente e hicieron rockear a la gente: AfterDreams y Twilight. Comenzaba el pogo y el metal, tal y cómo la gente lo ansiaba.
La banda finesa deleitó a todos con un setlist en apariencia breve -17 canciones- pero que no fue tal, con intermedios y algunos temas extendiéndose durante épicos minutos, haciendo foco en el nuevo disco, Pariah’s Child, pero siempre tocando los infaltables temas que se remontan a Eclíptica, su primer álbum, pasando por Fullmoon, canción que hizo estallar -literalmente- a la gente, el lento pero poderoso Replica, 8th Commander, la emoción en Letter To Dana -coreado por todo el teatro- para cerrar el primer tramo con San Sebastian, que sacudió las paredes del recinto creando la sensación de que la banda y el público eran un solo ente que iba a producir un tsunami sonoro.
Para el encore, salieron a todo trapo para despeinar a los pelilargos que estaban ya cocinados completamente en el hervor de un pogo veraniego insufrible: My Land, la ya mencionada Replica, y el cierre con Don’t Say a Word hicieron delirar al público presente. Palabras aparte para lo más puro del metal clásico: solos de guitarra apasionados, la rítmica, el poderoso bajo y, obviamente, Tommy Portimo, el batero más poderoso del metal actual con su enorme doble pedal y sus rulos endiablados. Todo sumado fue un combo lapidario, con un sonido de a ratos bastante malo -los temas se pudieron escuchar en ocasiones hasta el mínimo detalle, pero en otras había problemas sobre todo con el micrófono de Kakko-, mucha prolijidad en cada uno de los integrantes de la banda y también, a pesar del frío finés, mucha emoción: sin dudas Sonata Arctica es el grupo metalero extranjero más argentino. Y eso es para celebrar. ¡Que sigan viniendo!
Les dejamos a continuación la cobertura fotográfica de Mati Fortini – VisualDraft directamente desde nuestra fanpage de Facebook.
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