Por AgentDark
@Echonny
Hello, my friends!! Aquí el señor Jonathan -alguna vez tenía que mencionar mi nombre-, encargado de las tres lecciones para que disfruten el fin de semana o cuando quieran. En esta ocasión, una está dedicada a uno de mis autores de Ciencia Ficción favorito: Philip K. Dick, que ya alguna vez he nombrado por esta sección. He tomado un poco de cerveza Ubik antes de escribirlas, refrescante e inigualable, mientras escucho de fondo el excelente soundtrack de Transitor que recomiendo para esos momentos de relax urbano. La música tiene el poder de transportarnos a mundos fantásticos. Pero todo esto no tiene sentido si no lees mis lecciones, si no te animas a entrar en estos mundos que yo considero visitar. Pero lo primero es lo primero: antes que todo un poco de cultura no viene mal, así que sigue leyendo y vuelve a quejarte por el tiempo perdido que nunca te devolveremos.
Lección 01: Pump Up The Volume: The History of House Music
Soy muy abierto en cuestiones musicales, tanto que en mi ser conviven tanto el rock y sus variantes más extremas como la música electrónica. En la actualidad, hay más gente con estos gustos pero hace un par de décadas atrás escuchar ambos tipos de música era una herejía para los mas acérrimos metaleros. Seguramente mi gusto por los sonidos sobre la base de sintetizadores nace de la influencia de los videojuegos desde mi infancia. Por esa razón les traigo una recomendación que es más bien para todos aquellos amantes de la música electrónica y para quienes desean conocer parte de los orígenes de este mundillo, o simples curiosos en última instancia. Se trata de un documental que se centra en el origen de la música House y en el nacimiento de un movimiento que logró transformarse en una cultura que hoy en día es parte de millones de personas en el mundo. Nos muestra también lo que en esa época pasaba en la noche y sus fiestas, como el curioso pero a la vez detestable movimiento anti-disco que llenaba un estadio de baseball para prender fuego montañas de vinilos como excusa, escondiendo una razón que insinuaba una protesta más anti-racial que en contra de un simple género musical. Desde una de las ciudades que simbolizó el progreso capitalista, Chicago -EE.UU.-, iba a nacer un club nocturno llamado Warehouse y con ello una tradición de fiestas electrónicas que terminarían en lo que hoy en día conocemos como House Music. Veremos aquí el progreso de este estilo hacia nuevos géneros, con testimonios de personajes como Carl Cox o DJ Pierre, entre muchos otros. Un material muy interesante que, a pesar de su extensa duración, recomiendo al menos verlo en dos partes como hice yo, ya que vale la pena.
Lección 02: Ubik
¿Pagar para prender la cafetera o salir de tu propia casa? Problemas con los que Joe Chip debe lidiar en un mundo que lo exprime cada día mas. Joe es un empleado de la Compañía Rucinter para la cual trabaja como anti-psíquico, un empleo especialmente dedicado a resolver asuntos donde intervienen las personas con poderes psíquicos, llamados también telépatas. Corrupción, espionaje, corporaciones que luchan por más poder y una sociedad cada vez más en decadencia. Ubik está en todos lados y con increíbles productos que reflejan las tan anheladas soluciones mágicas para nuestra vida moderna. Un futuro distópico donde los humanos pueden extender su existencia antes de morir gracias a unas capsulas que mantienen a las personas en un estado «semi-vivo», una especie de coma pero con la posibilidad por medio de la tecnología comunicarse con los seres que están en el mundo de los vivos. Entre la vida y la muerte su conciencia está presente en una realidad diferente.
Este libro es una una de las grandes obras de Ciencia Ficción de Phillip Dick que a pesar de no ser muy extensa nos atrapa por su curiosa realidad, por momentos nos engaña y hasta nos devuelve en algunas líneas lo tristes y decadentes que podemos ser por sostener lo inevitable.
Lección 03: Transistor
Allá por junio de 2013 tuve la suerte de viajar a la E3, una de las mayores exposiciones de videojuegos del mundo, realizada en la ciudad norteamericana Los Ángeles. Entre tantas cosas que había, quería probar el nuevo control de la PS4 por primera vez y, por temas del destino, el primer juego con el que tuve contacto mediante el Dual Shock 4 fue Transitor. Y reconozco que me había llamado la atención su arte cuando vi las primeras imágenes, pero, además, fui primero ahí porque fue el que me tocó para probar dicho control pad. Quizás el destino me tenía una sorpresa, ya que fui buscando una cosa y me llevé otra: un juego el cual, desde ese momento, esperé su lanzamiento al mercado.
Transitor es un viaje a un mundo solitario, enigmático, donde tomaremos el rol de Red, una chica a quien le han robado su preciada voz, y gracias a la ayuda de una espada intentará recuperarla. Esta espada es especial ya que tiene el poder de hablarlos y nos guiará otra vez al solitario mundo de Transitor. Con una jugabilidad clásica en vista isométrica, donde su acción tiene una característica estratégica de combinar poderes y ataques gracias a la habilidad de poder congelar el tiempo por un instante, es posible elegir una pequeña rutina de golpes y que estos se realicen al instante cuando volvemos el tiempo y espacio a la normalidad. Esta característica le da un toque ingenioso que no debemos tomarlo a la ligera. La Compañía Supergiant Games ya había demostrado con su anterior juego, Bastion, su buenas manos para el diseño. El arte de este título enamora con esa mezcla de art decó, futurismo y un poco de fantasía y sus detalles bien definidos, sutilezas en sus sonidos que nos envuelve, las cuales generan un ambiente enigmático que atrapa. Pueden conseguir este juego tanto en PlayStation 4 como en PC y fue, a mi criterio, uno de los grandes juegos que pasaron en 2014 entre tanta superproducciones decepcionantes.
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