Por Mariano Aratta
Hacia fines de octubre se estrenará la remake de Carrie, aquella vieja película de terror de Brian De Palma, basada en el excelente relato de Stephen King. Ayer, los productores decidieron promocionar la película dando un par de sustos antes de su estreno en un bar de Nueva York, bien lejos de las oscuras salas de cine.
En el inicio de una campaña viral por el estreno del filme, dirigido por Kimberly Peirce y protagonizado por Chloe Grace Moretz y Julianne Moore, MGM decidió probar los efectos de la telequinesis en la vida real y para tal fin acondicionó un bar en Nueva York para, con actores, cables que no se ven a simple vista y mesas y sillas que se mueven a control remoto, para registrar las reacciones de la gente.
Acá pueden ver el resultado del experimento:
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