Por Mariano Aratta
En el actual Festival de Venecia, Hayao Miyazaki, el conocidísimo director de cine de animación, ilustrador, dibujante y productor japonés, fundador del Studio Ghibli, de 72 años, anunció que dejará de trabajar en breve, luego de estreno de su próximo film Kaze Tachinu.
La decisión fue comunicada en la rueda de prensa de presentación de la película por el presidente de Ghibli, Koji Hoshino: «El maestro Miyazaki ha decidido que Kaze Tachinu sería su última película y que después se retirará», comentó sin decir los motivos que llevaron al director nipón a tomar dicha decisión.
Miyazaki es considerado por miles de admiradores alrededor del mundo como el gran maestro de la animación contemporánea y, cabe recordárselo a algún desprevenido, nada tiene que envidiar a otros directores y estudios del mundo, ya que sus obras se han proyectado en muchos países e inclusive ha llegado a ganar el Oso de Oro en el Festival de Cine de Berlín 2002 a «Mejor Película«, el reconocimiento a la trayectoria en el Festival Internacional de Cine de Venecia 2003 y el Premio Oscar 2002 a «Mejor Película Animada«, los tres con El Viaje de Chihiro –Sen to Chihiro no Kamikakushi-. Además, es el padre de los ya clásicos Heidi y Marco, como así también autor de memorables historias de animación como Mi vecino Totoro –Tonari no Totoro-, La Princesa Mononoke –Mononoke Hime-, Laputa: El Castillo en el Cielo –Tenkū no Shiro Rapyuta-, Nausicaä del Valle del Viento –Kaze no Tani no Naushika– o El Increíble Castillo Vagabundo –Hauru no Ugoku Shiro-, sólo por nombrar unas poquísimas obras de este artista hiper talentoso.
Miyazaki no acudió personalmente a presentar la película en el certamen italiano, porque tiene previsto ofrecer una conferencia en Tokio para explicar los motivos de su retirada.
Su nueva película, Kaze Tachinu, estrenada en julio en Japón y esta semana en Venecia -y esperamos ansiosos que alguna distribuidora local la traiga a Latinoamérica-, fue considerada por algunos medios como una advertencia contra el anuncio del primer ministro conservador, Shinzo Abe, sobre una posible revisión de la Constitución pacifista de su país. La polémica causada llevó al realizador a publicar una declaración que señalaba: «Solo se puede estar horrorizado por la falta de sentido histórico y convicciones por parte de los principales líderes políticos».