Blueberry: Tormenta en el Oeste

0 comments 📅11 marzo 2009, 20:12

Aquí estamos nuevamente con la segunda entrega de las aventuras del Teniente Blueberry, en este caso el título en cuestión es Tormenta en el desierto publicado por primera vez por Dargaud en el año 1966, escrito por Jean-Michel Charlier e ilustrado por Jean Giraud. Las aventuras que contiene este álbum fueron inicialmente publicadas, en entregas de a dos páginas, en la ya mítica revista Pilote entre los números 236 a 258, todo esto en 1964. Pero basta de datos anecdóticos y arranquemos con la historia.

Abrimos con un paneo general de la situación de los apaches que se encuentran reunidos y decididos a ir a la guerra, pero antes deciden dar una última oportunidad para que se libere a los jefes prisioneros en Fort Navajo. Mientras en el fuerte, Blueberry se da cuenta que necesita hacer algo cuando el racista Hascomb toma la decisión de no liberar a los indios y encima colgar a uno como muestra de desafío. Es aquí que decide emprender un peligroso viaje hasta Tucson en busca de un antídoto para el coronel (por si no se acuerdan fue mordido por una serpiente en la entrega anterior) que se encuentra en coma. Consigue el permiso del mayor, y planea una interesante estratagema para poder salir del fuerte con la cabeller intacta. Pero Crowe que había sido arrestado por insubordinación ante su negativa frente a la idea de colgar a los jefes indios, le gana de mano y libera a los prisioneros para escapar con ellos. Todo esto pasa antes de llegar a la página quince, Charlier está llevando adelante la historia con un ritmo frenético y apilando situaciones una encima de la otra, sin detenerse mucho en la caracterización de sus personajes. Giraud cumple pero aún no logra alejarse de la sombra de su maestro, el ya mencionado Jijé, que para colmo ayuda con las tintas y en los dibujos. Pero hagamos un parate.

En este punto es donde se nos da un respiro, con la salida del teniente de Fort Navajo en busca del antídoto. Este es el punto de inflexión, donde Charlier decide concentrar la serie en un personaje, el que más le gustaba o tal vez el que se salía un poco del acartonado molde en que se movían sus arquetipos. De aquí en adelante es la historia de Blueberry. La odisea hasta Tucson lo lleva por el desierto, previo encuentro con un grupo de indios de los que se salva con suerte e ingenio. Luego de salir del desierto tiene una escaramuza con un grupo de mexicanos traficantes de armas y alcohol, que traían un cargamento para los apaches, pero nuevamente los recursos del oficial son muchos y variados y logra salir airoso y con tiempo de sobra como para quemar las provisiones. Al fin llega a Tucson donde se encuentra con un pueblo fantasma a punto de ser atacado. Consigue el antídoto y con la ayuda de un viejo granjero testarudo que se niega a replegarse. De paso se entera que las fuerzas del ejército se replegaron a Phoenix y como para no ser menos los apaches vuelven a atacar. El viejo muere y cómo no, nuestro protagonista se salva por los pelos. Pero la sorpresa más grande le espera al regresar al fuerte, y allá es donde nos dirigimos.

En Fort Navajo no hay nadie, el fuerte fue atacado y al único que encuentra es al traidor Crowe. El mestizo le cuenta que los compañeros de Blueberry se replegaron luego de un ataque que dejó un afortunado saldo, Hascomb no sobrevivió. Y el guionista cierra el círculo, ahora sólo tenemos al Llanero Solitario, que incluso se consigue, a falta de un indio, un mestizo de ayudente. Ambos se embarcan en la búsquede del chico Staton (principios del primer álbum), en un alocado plan para probar la inocencia de los apaches e intentar detener la guerra. Descubren que los causantes de todo fueron los mescaleros mexicanos que plantaron evidencia falsa para despistar a lo CSI, y luego rescatan al joven con el aparente sacrificio de Crowe que se ofrece de carnada. Luego de tremenda odisea a Blueberry todavía le queda llegar hasta adonde esta el grueso del ejército y ver si puede detener la guerra, casi nada, pero eso es otra historia; o la misma, pero en otro álbum.

Esta entrega no es un ejemplo del por qué la serie se convertiría en un clásico, si bien es de una gran importancia. Al tomar Blueberry el protagonismo único Charlier se concentrará en desarrollar el mundo interno y la personalidad del personaje, llevándolo desde el género más puro, hacia el cómic de autor, sin perder las marcas del western. Este es la primera parada en el camino del cambio de la saga en esa dirección que la llevó a la grandeza. Sin embargo no empezaremos a verlo hasta dentro de unos cuantos albums. Así como tampoco veremos a Giraud realizar la transición hacia el Gir/Moebius que logra la perfección artística y sale de la sombra de su maestro hasta dentro de un tiempo. No desperen igualmente amigos, que el camino es largo y arduo, pero muy interesante, ya que la historia de nuestro teniente no es ajena a sus tiempos y casi se podría decir que es una muestra de cómo se fue desarrollando el cómic europeo.

Nos vemos en quince días con más Blueberry.

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Shezo!
Shezo!

Mezcla de gamer, comiquero y manganimero. Mix de metal y música electrónica. Amante del pixel art, el amerimanga y el pochoclo. Entusiasta del Rey Misterio, Joe Madureira y la merienda. Pisciano, mico y A+. Co-fundador de NeoZero Studio. Digno hijo de los 80s agradecido con los 90s.

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